Por qué elaborar un presupuesto familiar después del divorcio
Los términos “presupuestos” o “previsiones” pertenecen a conceptos que habitualmente se asocian al ámbito de los negocios o de las organizaciones. Sin embargo, después del divorcio y especialmente en tiempos en los que la situación económica es tan crítica como la actual, recurrir a elaborar un presupuesto familiar es una buena manera de tener una importantísima parte de nuestra vida bajo control, al tomar las riendas de nuestra estabilidad económica.
Un presupuesto familiar es un documento en el que proyectamos futuros ingresos dinerarios (por ejemplo, ingresos que obtendremos a través de nuestro empleo o negocios), y futuros gastos dinerarios (por ejemplo, los implicados en cubrir necesidades familiares o en el pago de deudas contraídas).
Se trata de una herramienta clave para la toma de decisiones, para un mayor control de nuestros gastos y para favorecer que la diferencia entre los ingresos y gastos, sea lo más positiva posible.
Al elaborar un presupuesto familiar se consigue:
– Conocer nuestra realidad económica: conocer nuestro nivel de ahorro (ingresos menos gastos) y, de ese modo, saber si estamos logrando un nivel de ahorro adecuado, o es necesario reducir algunos gastos, o buscar nuevas fuentes de ingresos (por ejemplo, nuevos negocios o inversiones).
– Trazar una estrategia para optimizar las salidas: identificar las partidas donde se concentra el mayor porcentaje de gastos y, de ese modo, analizar si es posible reducir los gastos en dicha partida.
– Tomar decisiones en cuanto a inversiones o gatos extraordinarios: conocer nuestro nivel de endeudamiento (gastos como consecuencia del pago de deudas) y, de ese modo, saber si debemos limitar el uso de deudas o, en todo caso, si es posible adquirir nuevas.
– Proyectar nuestro futuro y mejorar la calidad de vida: tomando las riendas de nuestra economía somos capaces de alcanzar las metas que nos trazamos para llevar la calidad de vida que deseamos, en la que no solo quedarán cubiertas nuestras necesidades básicas, sino que además podremos disfrutar de comodidades, gustos y lujos que nos harán la vida más agradable.
Especialmente para aquellas personas que se están adaptando a nuevas circunstancias de vida, como ocurre en el caso de las personas divorciadas, el presupuesto familiar supone una herramienta clave para facilitar la transición y crear un sentimiento de seguridad y control. Además, en el proceso de elaborarlo, observando en qué nos gastamos el dinero y definiendo qué nos gustaría conseguir en un futuro, surgen preguntas que nos hacen reflexionar acerca de la dirección que le queremos dar a nuestra nueva etapa de vida.
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