En un divorcio hay que dejar claro a los niños que ellos no son los culpables
Los divorcios nunca son fáciles. La ruptura de una pareja es dolorosa y dura, hay sentimientos encontrados, ataques verbales, desacuerdos,… El primer año es la peor parte. En España, de cada cinco matrimonios tres acaban separándose al cabo del tiempo.
Si hay hijos de por medio, son los que más sufren. En muchas ocasiones, las parejas se olvidan de que los niños no entienden por qué sus papás han dejado de quererse, y es aun peor si las discusiones y los enfrentamientos son continuos.
El psiquiatra forense José Cabrera recomienda ponerse en manos de un psicólogo en caso de ruptura de la relación “que ayude a gestionar y entender los sentimientos y emociones que en muchas ocasiones llevan a serios problemas entre la pareja.
De la misma opinión es el psicólogo Javier Urra, que asegura que la clave para conseguir llegar a un acuerdo y no ‘matarse’ en el intento está en separarse “antes de que el rencor, el odio y la frustración los destruya todo».
La psicóloga Irene López-Assor cuenta que la decisión de separarse no es ni mucho menos fácil y tiene que estar muy bien pensada y planteada ya que no solo se rompe una historia de pareja, sino que “es la familia lo que se rompe y con ello los sueños de familia, que son muy superiores a los de la pareja”.
También recomienda la figura del mediador si no se encuentra un acuerdo entre los miembros de una pareja porque ve la situación de manera objetiva y consigue resolver muchos de los conflictos.
Esta experta apunta a que el principal error que se comete es “culpar al otro” a pesar de que es algo de dos siempre.
“Debemos entender que nuestra pareja y padre o madre de nuestros hijos, ha sido importante en nuestras vidas, debemos de reconocer lo bueno que nos ha dejado y pasar el periodo de duelo, que es aproximadamente un año cuando se tienen hijos, entendiendo que nos guste o no vamos a estar vinculados el resto de nuestras vidas, por ser los progenitores de nuestros descendientes”.
Contárselo a los hijos dejándoles claro que no es por su culpa
Los niños, ya sean muy pequeños o adolescentes, tienden hay responsabilizarse de los baches que pasan sus progenitores. López-Assor señala que hay que aclararles que en ningún caso es culpa suya y siempre hay que dejar claro desde el principio que es un “tema de adultos y de la pareja, y que ellos, los niños son maravillosos”.
Con los más peques siempre es más fácil de contar ya que se puede hacer o exponer mediante dibujos, “siempre esperanzadores”, y quitando el mayor drama posible a la situación.
Mayor problema es contárselo a los adolescentes ya que se encuentran en una etapa donde no entienden los cambios sociales y corporales que ocurren en su vida. “Un divorcio a estas edades puede afectar más de la cuenta y sobre todo de cara a la edad adulta”, explica la psicóloga.
Nunca, y esto hace hincapié López-Assor, que catalogar a los padres «el bueno», «el malo», «el permisivo», «el recto». Las etiquetas son negativas porque limitamos a los niños y les ponemos en disposición al prejuicio de su progenitor.
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