Es muy duro aceptar que tu pareja ya no quiere estar más contigo. Pero nada vale más que tu paz y tranquilidad y que vivas un amor recíproco. Muchas mujeres a las que su pareja pidió el divorcio se cierran y se niegan rotundamente a aceptarlo.

En algunos casos, responden con agresividad, maltratan a los hijos y emplean armas para extender la separación. Victimizarse es también bastante común, así como culpar al hombre del fracaso de la relación.

En realidad, ningún divorcio ocurre de la noche a la mañana, asegura la doctora Patricia Marcial, catedrática de psicología de la Universidad Ecotec.
Según la experta, la separación se va anunciando.

“Es como un embarazo, que no se nota, pero que ahí está. Y la pareja sabe, sabe que hay tensión, sabe que se está distanciando pero lo ignora”, explica.
Después tal como el embarazo empieza a notarse hasta llegar a un punto en que es imposible ocultarlo. Y la pareja va tan mal que se separa.

“El divorcio es un tsunami emocional para la pareja”, dice. Es fuerte porque implica aceptar socialmente que te equivocaste. Es reconocer que la persona ha fracasado como pareja.

Los divorcios son dolorosos, pero solo se pueden sobrellevar cuando se tiene un grado de madurez, en donde primero se busca soluciones.

Marcial señala que a veces por inmadurez la persona cierra los ojos y dice “no pasa nada, estoy un poco distanciado, pero no pasa nada” y sigue dando excusas.

“La negación a la situación es la primera señal de inmadurez”, expresa Marcial y asegura que ningún matrimonio se termina porque uno de los dos está mal. Es responsabilidad de ambos. Asimismo, la mujer no puede salvar un matrimonio sola, como se ha venido creyendo.

El psicólogo clínico Samuel Merlano Medrano menciona que toda separación siempre generará dolor, soledad y pérdida.

“Las mujeres que la viven deben saberlo aceptar para no caer en una falsa ilusión de que pronto volverán, añadiendo más dolor al dolor”, advierte.

“Toda persona que pasa por una separación debe vivir el duelo, comúnmente llamado depresión. No debe evitarse y mucho menos para refugiarse en otras personas o cosas como el alcohol o drogas”, enfatiza.

Para superar el abandono, recomienda buscar ayuda profesional, no el consejo de familiares o amigas. No hay que llorar sobre la leche derramada y menos echarse la culpa de lo que pasó. No se debe guardar esperanzas.

http://www.eluniverso.com/2012/03/16/1/1382/un-tsunami-llamado-divorcio.html