La desprotección y penuria de las divorciadas en La India
La cruda verdad sobre los divorcios en La India es que, independientemente de las leyes, en la práctica el hombre se lo queda todo y la mujer y sus hijos se quedan en absoluta desprotección.
Los medios han centrado su atención en el último tiempo en el aumento de divorcios en La India, que afecta a jóvenes profesionales que se enfocan en su propia carrera, que ya no mantienen el tradicional ideal de modelo de familia y que siguen adelante con sus propias vidas. Sin embargo, según un artículo de Lakshmi Chaudhry, el tema del divorcio en los casos de mujeres menos afortunadas, que son muchas más que las profesionales bien posicionadas en la sociedad, la realidad es bien distinta.
Parece ser que si se dejan aparte las rupturas de las mujeres urbanas, la cifra de divorcios no se ha visto especialmente incrementada. Y es que el final del peor de los matrimonios es sinónimo de desastre para cualquier mujer promedio de La India. Las razones son sencillas. En primer lugar, no existe el reparto de los bienes comunes. Todos los bienes (coche, casa, etc.) se quedan con la persona que ha firmado su compra, que en la mayor parte de las ocasiones es el hombre. En segundo lugar, cuando la mujer tiene algo que reclamar, generalmente no se puede permitir la batalla legal que asegure sus derechos. En tercer lugar, aunque las leyes tienen en cuenta la pensión de alimentos, en la vida real esta consideración no ofrece ninguna garantía de que la mujer reciba el apoyo que necesita, puesto que, en muchísimas ocasiones los ingresos del cónyuge no están declarados y se mantienen secreto. Además, la esposa no suele tener acceso a documentación que acredite dichos ingresos y finalmente, incluso si los tuviera, los jueces generalmente fijan de un 2 a un 10% de los ingresos del esposo como pensión.
En vista de tan negro futuro y sin ingresos propios con los que salir adelante, la mayoría de las mujeres prefiere mantenerse en el matrimonio y seguir padeciendo, no solo infelicidad, sino verdaderas vejaciones y abusos. Es ese el caso de Rajesha Hamar, según relata The Globe and Mail. Una mujer con una niña de apenas dos años de edad, que tras escapar de los malostratos de su marido alcohólico e irse a vivir al reducidísimo espacio que compartían su madre y su hermano, tenía previsto volver con su esposo porque, con un salario de 25$ mensuales como limpiadora no le daba para sobrevivir y su marido no le pasaba ninguna pensión.
De acuerdo con un estudio que se cita en este artículo, el 75% de las mujeres que se divorcian regresan a su familia de origen. Casi el 50% de las mujeres dice no tener ingresos y el 28% gana menos de 50$ mensuales. Para la mayoría de ellas, si elijen salir de un nefasto matrimonio pasan penurias y se quedan desprotegidas, mientras que si se quedan o regresan muchas están expuestas a abusos y malostratos. Así, se mire como se mire, las mujeres pierden, puesto que la ley no les ofrece ninguna garantía y porque no tienen alternativas reales y válidas que les permita construirse un futuro mejor.
http://www.feriadeldivorcio.com/2012/03/25/la-desproteccion-y-penuria-de-las-divorciadas-en-la-india/
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